- Machaca los ajos en el mortero, hasta convertirlos en una pasta.
- Sazónalos con sal y pimienta.
- Lo harás más rápido si troceas previamente los ajos.
- No olvides que los ajos deben de ser de calidad.
- Vierte el aceite poco a poco y remueve continuamente, como si fuera una mayonesa, hasta ligar la salsa.
- Prueba y rectifica el punto de sal.
- Te recomendamos que uses siempre aceite de oliva.
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