- Trocea el pollo en pedazos de tamaño regular.
- Quita la piel y los huesos a los trozos de pollo.
- Coloca el pollo una vez troceado y deshuesado en un plato y sazónalo con sal y pimienta.
- Prepara 3 recipientes planos.
- Pon en uno la harina, en otro pan rallado y en un tercero los huevos batidos con una pizca de sal.
- Pasa cada porción de pollo, primero por harina, después por huevo batido y por último rebózalas con pan rallado.
- Procura que el envoltorio resultante quede firme para que no se desintegre al freÃr en aceite.
- Para asegurarte, y una vez pasados los trozos por pan rallado, apretados con las manos aplastándolos.
- Si prefieres conseguir una corteza más crujiente, pasa 2 veces cada trozo por huevo y pan rallado.
- En una sartén profunda provista de cestillo puedes sustituirlo por un colador.
- FrÃe las porciones de pollo por tandas, dejándolas dorar durante 10 o 15 minutos por cada lado a fuego moderado de modo que la costra se dore poco a poco.
- Levanta el cestillo para que escurra bien el aceite.
- Retira las piezas fritas y resérvalas al calor en un plato cubierto con papel absorbente.
- Sirve con limón y perejil.
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